¿Alguna vez has intentado preparar un bizcocho y no te ha subido bien o se te ha quemado sin hacerse por dentro…? Entonces tienes que leer este post, porque la repostería casera es sencilla pero hay que respetar unas ciertas normas básicas, como las cantidades de la receta, la temperatura del horno, el molde o los utensilios. Por ejemplo, en el caso de la batidora, las que llevan varillas son más adecuadas que las de hélice, ya que las primeras introducen aire en la base consiguiendo de esta forma que la mase gane en volumen y esponjosidad.
El secreto de la masa
•Para conseguir una masa esponjosa, hay que batir los huevos hasta que adquieran la consistencia necesaria para soportar el peso del resto de ingredientes. A esta mezcla se añade la harina, que se disuelve con la ayuda de una espátula. Si se utiliza una batidora, el volumen del bizcocho bajará.
•Cuando se quieran agregar trozos de fruta a la masa, conviene pasarlos antes por harina para evitar que queden en el fondo.
•El bizcochoestará listo si, al pincharlo en el centro con una aguja de hacer punto, ésta sale limpia. Significará que la masa está cocida. Si se comprueba que la base está demasiado dura y seca, hay que realizar un pequeño orificio en el centro de la superficie y añadir una pequeña cantidad de licor o zumo natural para que quede más jugoso.
•Los bizcochos y bollos resultan más esponjosos si se emplea harina especial para repostería y, antes de utilizarla, se pasa por un colador para tamizarla y que quede más suelta. Después de este proceso hay que medir las cantidades necesarias, nunca antes.
¡ESPERAMOS QUE LA RECETA SEA UN ÉXITO!